Vecinos de El Melón se enfrentan a Anglo American por el agua

Hace algunos días, más de 50 organizaciones ambientales se pusieron en alerta tras conocerse un acuerdo entre la trasnacional minera Anglo American y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) para realizar investigación científica en la cordillera de Santiago.

De acuerdo con ese convenio, la minera aportará $3,5 millones de dólares —mismo monto que desembolsará la agencia estatal— para el desarrollo de un “Programa de investigación científica de excelencia para la zona de montaña de la Región Metropolitana de Santiago”. La noticia se da a conocer justo en momentos en que Los Bronces, la faena más importante de la minera ubicada en la misma cordillera de Santiago, busca su expansión a través de un proyecto que está en pleno trámite en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). “Los Bronces Integrado” involucra una inversión de $3 mil millones de dólares.

A través de una declaración pública enviada a La Tercera el 26 de diciembre, medio centenar de ONG acusaron a la minera de conflicto de interés y coaptación del Estado. Anglo American no tardó en responder: “La compañía rechaza terminantemente las acusaciones respecto a supuestas presiones sobre organismo del Estado”, indicó en un comunicado.

Es largo el historial de denuncias que pesan sobre Los Bronces, la operación estrella de Anglo American en Chile. Se le acusa de afectar recursos hídricos, glaciares y ecosistemas de montaña. En 2015, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) sancionó con una multa de más de $3.800 millones a Los Bronces, tras detectarse fallas gravísimas en su operación (ver aquí). Pero Los Bronces no es la única operación de la trasnacional minera en Chile bajo cuestionamiento.

Vecinos y organizaciones ambientales de la localidad de El Melón (Región de Valparaíso) también están en pie de guerra contra la minera. Al centro de ese conflicto está el agua. Allí, muy cerca de esta localidad de la comuna de Nogales, Anglo American opera la faena El Soldado, la que utiliza un caudal aproximado de 109 litros por segundo (l/s), de manera continua las 24 horas del día.

Desde 2015, habitantes de El Melón se han movilizado por la disponibilidad y la calidad del agua de sus esteros. Luego de tocar puertas en busca de respuestas y no recibir soluciones a largo plazo, ni de Anglo American ni del municipio, decidieron ocupar por la fuerza uno de los pozos de la minera en 2019. Pero el agua no solo escasea, también está bajo constante peligro de contaminación. En 2020, en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto de continuidad operativa del tranque de relaves El Torito, propiedad de la minera, Anglo American advirtió sobre una alteración en la calidad de las aguas en el estero El Cobre, acuífero que recorre la zona, producto de infiltraciones desde ese mismo tranque.

La dificultad de los habitantes de El Melón para acceder a fuentes de agua potable contrasta con la situación de la minera: según datos de la Dirección General de Aguas (DGA) El Soldado tiene adjudicado el 13% del total de los derechos concedidos en toda la comuna de Nogales equivalentes a 411 l/s (varios más de los que realmente utiliza). Ha sido la propia minera, en ocasiones, la que en el contexto de campañas de responsabilidad social empresarial ha pagado por suministrar agua a los propios habitantes del lugar a través de camiones aljibe. Una evidencia más de que en Chile el acceso al agua para consumo humano no prevalece por sobre otros usos.

Además de la falta de agua para uso básico, habitantes de la zona cuentan que producto de la escasez hídrica que hace una década golpea a la zona, se han visto en la obligación de vender el ganado, su fuente de recursos, por no poder regar el pasto que los alimenta. “En el terreno de mi papá se podían plantar choclos, lechugas, cebollas y otro tipo de verduras. Pero ya no se puede porque no hay agua”, dice Karina Vásquez, agricultora del sector.

Al igual que sucede con Los Bronces, el fantasma de la coaptación también se asoma en El Melón. Desde 2008 a la fecha la Municipalidad de Nogales ha recibido donaciones que superan los $1,1 mil millones por parte de la minera, de acuerdo con información consignada en sus cuentas públicas. Algunos de estos aportes fueron realizados mientras la minera presentaba estudios de impacto ambiental (EIA) ante la autoridad competente, vulnerando sucesivos dictámenes de Contraloría que prohíben a los municipios recibir donaciones de privados que puedan comprometer su imparcialidad al momento de tomar decisiones que involucren al donante.

UN VECINO PODEROSO
Jorge Ramírez (44 años) corre las cortinas de su habitación y observa una montaña de desechos mineros. Desde ahí, a 4 kilómetros de distancia, se puede distinguir parte de la faena El Soldado, casi en la cima de un cerro con el tranque de relaves El Torito a sus pies.

Desde su ventana, el tranque se le aparece como una meseta gris con una estela de polvo que se eleva. Ramírez lo ha visto crecer desde el 2002, año en que se instaló la transnacional, pasando de 53 millones de toneladas de escoria hasta tener las casi 181 que tiene aprobadas y que aumentarán en un 30% hacia el año 2027, según la última RCA de la minera. La sensación que le produce la imagen es la de “vivir bajo una bomba de tiempo, a punto de explotar”.

Anglo American plc, con sede en Londres, fue fundada en 1917 y hoy cuenta con cerca de 60 operaciones en América, África, Europa y Oceanía. La minera forma parte del FTSE 100 —uno de los índices financieros más importantes de la Bolsa de Londres—, donde se encuentran las 100 compañías de mayor capitalización del Reino Unido. En 2019, reportó utilidades por más de US $4 mil millones, según su último reporte anual.

En enero de 2018, la minera ingresó al SEA el proyecto “Continuidad operativa del Tranque de Relaves el Torito”, el que fue aprobado a principios de este año. En el documento que contiene la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), la propia compañía advierte de alteraciones en la calidad de las aguas del estero El Cobre, debido a infiltraciones desde el depósito minero. Se indica que los parámetros de arsénico, cloruro, cobre, conductividad eléctrica, cromo, manganeso, mercurio, nitrato, sulfato y zinc, estaban por sobre el límite establecido.

El presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, Andrei Tchernitchin, explica que algunos de esos elementos pueden causar enfermedades y riesgos a la salud humana. En el caso de una exposición prolongada al arsénico, este puede producir cáncer a la vejiga y a los pulmones. Otro de los elementos que superó los límites establecidos fue el mercurio, que puede afectar el sistema nervioso central, generando déficit intelectual e insuficiencia renal.

Anglo American señaló que, según sus resultados de monitoreo de aguas para consumo humano, cumplen con lo indicado por la normativa vigente respecto a su calidad.

ACECHADOS POR EL TRANQUE

La mañana del 28 de marzo de 1965 se produjo un sismo de 7,6 grados en la escala de Richter, con epicentro en La Ligua, a 30 kilómetros de El Melón. Tras el terremoto, los habitantes de la zona recuerdan una gran ola de barro y agua que arrasó con casas, animales y vegetación del poblado El Cobre. En distintos medios se registraron al menos 200 muertos. En La Estrella de Valparaíso se hablaba incluso de más de 350 fallecidos. Los sobrevivientes hasta el día de hoy cargan con el temor a un nuevo derrumbe, esta vez del tranque de relaves El Torito.

Dicho depósito de desechos se ubica en el valle del Estero El Cobre y es el más grande de la operación El Soldado. Según relata Jorge Ramírez, en 2013 tuvo serios riesgos de colapsar. Ese año la empresa fue sancionada por el Sernageomin con una multa de más de $5 millones y el cumplimiento de una serie de medidas correctivas, por presentar seis deficiencias relativas a fallas en la construcción del muro del tranque y las arenas de contención.

—Nuestras vidas estuvieron a punto de ser sepultadas y las autoridades ahora le dan permiso a la empresa para que lo sigan ampliando. Es como tener un edificio de 100 pisos que se quiebra y le quieres hacer 30 pisos más arriba. Es algo completamente ilógico —dice Ramírez.

A partir de entonces, el Sernageomin obligó a la minera a implementar un plan de emergencia que les permitiera enfrentar situaciones naturales adversas en la condición actual del tranque de relaves El Torito.

Según un estudio de la empresa GOLDER, incluido en el Plan de Coordinación ante Emergencias del tranque de relaves El Torito de Anglo American, casi la totalidad de El Melón quedaría sepultado por la ola de desechos mineros en cuestión de horas, en caso de que ocurra una “falla del muro”.


EL ENTRAMADO MINERO

En el último Estudio de Impacto Ambiental (EIA) ingresado en 2018 al SEA por El Soldado, la Municipalidad de Nogales envió tres pronunciamientos firmados por la alcaldesa Margarita Osorio (independiente, ex Amplitud). En el último oficio, enviado el 7 de octubre de 2019, se constata que el municipio solicitó a la compañía financiar, en al menos un 20%, el valor de la cartera anual de proyectos de la municipalidad. Esto como medida de compensación por los impactos ambientales de la minera en la zona durante todos los años de vida útil del plan en evaluación, esto es, hasta el 2027.

En las respuestas enviadas por Anglo American para esta investigación, la empresa no dio declaraciones sobre dicha solicitud.

En marzo de 2010, la Contraloría General de la República emitió un dictamen que limita las donaciones que puedan hacer privados a los municipios. El instructivo indica que los municipios deben abstenerse de “suscribir convenios o recibir aportes de personas naturales o jurídicas que tengan o puedan tener interés en asuntos que deban ser analizados, conocidos o resueltos por la entidad edilicia de que se trata”.

De acuerdo con las cuentas de la entidad municipal, desde 2008 a la fecha, la minera ha destinado al menos $1.100 millones a proyectos sociales en la zona, a través del municipio. No hay cifras rendidas para todos los años, por tanto el monto podría ser mayor. De hecho, en su Reporte de Desarrollo Sustentable, la minera contabiliza más de cinco millones de dólares en aportes entre 2010 y 2016 asignados a su faena El Soldado en inversión social (no se establece con claridad cuántos de esos aportes fueron directos a la comuna y cuántos se hicieron a través del municipio).

Algunos de los destinos de dichos aportes fueron: mejoras a la infraestructura del Liceo Municipal Juan Rusque Portal; compra de una sede comunitaria para un club de adultos mayores; becas estudiantiles; capacitaciones y programas de riego para agricultores; ampliación de salas y bodegas del Cesfam de El Melón; compra de agua potable; arriendo de camiones aljibe; y limpieza de esteros, entre otros.

Contrario a lo instruido por Contraloría, varios de los aportes de la minera a la municipalidad ocurrieron en años en que la compañía presentó proyectos ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Por ejemplo, en 2014 Anglo American ingresó su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para la optimización de la planta de sulfuros de El Soldado al SEA. En la cuenta pública 2014 del municipio, se consignan donaciones por más de $57 millones desde la minera.

Dicho proyecto fue aprobado al año siguiente, mismo periodo en que la comuna de Nogales fue decretada zona de escasez hídrica y en el que la minera le entregó donaciones por más de $500 millones, según la cuenta pública comunal, que fueron destinados casi en su totalidad a temáticas relativas al agua.

Al ser consultada por las donaciones de la minera a la municipalidad, la alcaldesa de Nogales, Margarita Osorio, no quiso dar declaraciones. Por su parte, Anglo American no se pronunció al respecto.

Los aportes de la minera al municipio se extienden hasta al menos junio de 2020. Durante la contingencia sanitaria por COVID-19, existió un convenio entre la municipalidad y Anglo American que consistió en el suministro de agua en estanques de acumulación para el servicio municipal, mediante camiones aljibe proporcionados por Anglo American.

Al ser consultada sobre dicho convenio, desde la minera confirmaron su existencia, indicando que éste comenzó en 2019 y se extendió hasta junio de 2020, “de acuerdo con la necesidad declarada por la Municipalidad de Nogales”.

 

ZONA DE CATÁSTROFE HÍDRICA

El 16 de septiembre de 2019, el gobierno decretó zona de catástrofe por sequía en todas las comunas continentales de la Quinta Región por 12 meses. En ese decreto se explicita que la región se ha visto afectada en cada una de sus provincias, “donde la falta de precipitaciones ha llegado a un 70,5% menos comparado con un año normal a la fecha”.

Ariel Muñoz, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del Instituto de Geografía de la PUCV, explica que en la Región de Valparaíso se dan dos fenómenos de manera acumulada. Por un lado, la sequía meteorológica —que proviene del déficit de precipitación— y la hidrológica vinculada a un déficit de agua en los ríos, o en las fuentes de agua. Esto además de la escasez hídrica que se vive en la zona que, según el experto, tiene que ver con el hecho de que no alcanza el agua para los usos que necesitan las personas.

El 18 de octubre de 2019, un mes después de que comenzara a regir el decreto de zona de catástrofe por sequía a nivel regional, y mientras se encontraba en estudio el proyecto de continuidad operativa del tranque El Torito, vino el estallido social en el país.

Entre las consignas de protesta estaba el derecho al agua, bajo el emblema “No es sequía, es saqueo”. Las y los ciudadanos de El Melón comenzaron a organizarse, a través de cabildos y mesas ciudadanas, para tomar acciones e intentar resolver sus problemáticas hídricas. Llevaban cuatro años sin hacerlo y esta vez crearon un petitorio de 24 puntos para la minera. No tuvieron respuesta en dos semanas y decidieron movilizarse.

El 7 de noviembre de 2019, un grupo de vecinos de El Melón se tomó el pozo N° 9 de la minera. Los concejales de la comuna afirman que con anterioridad a esa toma, hicieron peticiones a la minera para que donaran agua de alguno de sus pozos al sistema municipal para abastecer al pueblo. El concejal Ferdinand Gachon (independiente) dice que la respuesta de la empresa siempre fue que eso no sería posible, ya que la mina usaba el agua para fines industriales.

La toma, tras dos desalojos y la detención de algunos miembros por parte de Carabineros, llegó a su fin el martes 18 de febrero. En un comunicado, los protagonistas de la toma señalaron que, gracias a esta, lograron que se conectara un bypass del pozo 9 al sistema de agua potable municipal y además una segunda conexión desde el pozo 4, también propiedad de la minera. “Se pudo ante una toma, pero no ante una negociación formal”, sostiene Gachon.


POR EL DERECHO AL AGUA

La titularidad de los derechos de agua en el país ha sido materia de una lenta discusión legislativa en la última década. El proyecto de ley que reforma el Código de Aguas se encuentra en segundo trámite constitucional en el Senado, a la espera de la votación en sala. El proyecto, ingresado a través de una moción parlamentaria en 2011, está estancado desde fines de 2016.

Según el artículo 5 del Código de Aguas de Chile —publicado en 1981, en plena dictadura— “las aguas son bienes nacionales de uso público y se otorga a los particulares el derecho de aprovechamiento de ellas”. También se señala que ese derecho es “de dominio de su titular, quien podrá usar, gozar y disponer de él en conformidad a la ley”. Sin embargo, en el artículo 19 del numeral 24 de la Constitución, se indica que los derechos de agua concedidos a los particulares les otorgará dominio sobre estos, es decir, no serían propiedad de todos los habitantes de la nación.

Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), explica que las grandes reformas a la Constitución en dictadura permitieron la concentración de la propiedad de bienes comunes como el agua y los minerales. El Código de Aguas, el Código de Minería y la Ley Orgánica de Concesiones Mineras son parte del legado de dicho período.

—El Código de Aguas, al no condicionar el uso del recurso hídrico para determinados fines, permitió separar la tierra del agua, la creación de la figura de los derechos de su aprovechamiento como un bien económico y la liberación de su gestión completa al mercado. Todo esto sin la regulación y protección del Estado —explica Cuenca.

El investigador del (CR)2, Ariel Muñoz, sostiene que hay zonas en donde las fuentes y los cursos de agua se han secado en gran parte por derechos de agua sobre otorgados, es decir, el agua está repartida más allá de la cantidad disponible, lo cual es especialmente evidente cuando hay años de baja precipitación, como ocurre desde hace más de una década. La legislación actual, asegura, permite que solo el Presidente de la República pueda expropiar estos derechos, por lo que “podríamos pensar que los distintos gobiernos han sido más o menos cómplices de la brecha en el acceso al agua a la que hemos llegado actualmente en Chile”.

Más de 8 mil personas fueron abastecidas por camiones aljibe en la Región de Valparaíso durante 2019, según registros solicitados por Transparencia a la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI) del Ministerio del Interior (ver especial de sequía).

A mediados de abril de 2020, la ingeniera medioambiental Ximena Gallardo, miembro de Poyewn, agrupación ambientalista de El Melón, presentó un recurso de protección contra Anglo American ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso. En esa acción judicial se indica que los vecinos de esa localidad tienen severos problemas de acceso a agua potable, no disponiendo de agua suficiente para beber, cocinar y para higiene personal. Se agrega que la situación tiene su origen en el uso desmedido que hace de ese recurso la minera, lo que ha provocado que los pozos que abastecen a la población disminuyan o se sequen.

Al cierre de esta investigación, el recurso se encontraba ante la Tercera Sala de la Corte Suprema, tras ser rechazado en el tribunal de alzada de Valparaíso (ver documento).

Actualmente, en El Melón hay incertidumbre. Las lluvias que cayeron en el invierno pasado contribuyeron a amortiguar temporalmente la disponibilidad de agua de sus habitantes. Sin embargo, algunos sectores ya presentan problemas de presión en la red. “Creo que tendremos la misma escasez de agua que tuvimos el año pasado, que fue bastante fuerte”, comenta desalentado Jorge Ramírez.

*Este texto es parte del proyecto de título de sus autores, guiado por el profesor Alberto Arellano