Humedales de Chile: omisiones y oportunidades

A 15.000 Km de distancia de Chile, entre el 22 al 29 de octubre, se llevó a cabo en Dubai la 13ª Conferencia de las Partes Contratantes de la Convención Ramsar, bajo el lema "Humedales para un futuro urbano sostenible". Desde su creación en 1971, los 170 países signatarios –incluido Chile– han ampliando su mirada reconociendo a los humedales como uno de los ecosistemas más relevantes para el desarrollo de las actividades humanas. Al mismo tiempo, han adoptado nuevos compromisos para detener o revertir la pérdida de sus humedales.

Chile es diverso en humedales. Se estima que en nuestro territorio hay alrededor de 18 mil humedales, distribuidos en 1,4 millones de hectáreas desde Arica a Magallanes (MMA, 2017). Posee casi todos los tipos de humedales que reconoce la Convención Ramsar, pero solo 13 humedales están declarados Sitios Ramsar. Los humedales altoandinos, en tanto, conservan secretos microscópicos y milenarios, mientras que las turberas del extremo austral de Chile forman parte del selecto 3% que cubre la superficie terrestre, siendo líderes indiscutidos entre los ecosistemas terrestres en el secuestro de carbono y metano, cruciales en el contexto de cambio climático.

Pero se omite la existencia de los humedales y su rol en el ecosistema. No existe un cuerpo legal específico, tampoco una institución responsable que los proteja y establezca criterios para su manejo. Se discute en el Congreso Nacional una ley para proteger los humedales urbanos, lo cual celebramos y esperamos pavimente el camino hacia la conservación de todos los humedales. La Ley de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que se discute hace 8 años en el Congreso, también es un paso crucial en la protección de humedales en Chile.

Según consta en la Perspectiva Mundial sobre los Humedales, estado de los humedales del mundo y de los servicios que prestan a las personas (COP13 Ramsar), el 35 % de los humedales se ha perdido desde la década del 70 a la fecha, a una tasa tres veces mayor que la de bosques. Los humedales están expuestos a cargas de nitrógeno y fósforo por encima de los límites recomendados, hecho que se constata en casi la mitad de los países OCDE. Es común en el caso de Chile, que comunidades y prensa local denuncien eventos de contaminación, pérdida o relleno de humedales.

En respuesta a esto, es la misma OCDE que en 2016 entregó recomendaciones a Chile, que relevan la necesidad de "seguir expandiendo la cobertura de las normas sobre calidad de agua […] perfeccionar el monitoreo de la contaminación del suelo y de la extracción de agua para proteger los ecosistemas, en particular los humedales".

Ante los escenarios de cambio climático (IPCC, IPBES, Ramsar, 2018), el desafío es transversal, lo que nos mandata como país a considerar: investigación, gestión integrada a la cuenca, seguimiento ambiental y plataformas de aprendizaje afines a los territorios y sus comunidades. Cada uno debe hacer su parte: mundo privado, comunidades locales, organizaciones, incluyendo al Estado, quien debe liderar este proceso.

El mensaje de la Convención Ramsar es un llamado urgente e ineludible a "trabajar para hacer uso racional de todos los humedales de su territorio". Chile tiene la gran oportunidad de detener la pérdida y degradación de humedales, y de transformarse en un líder global de su conservación y gestión sustentable.

Esta columna fue escrita junto a Bárbara Saavedra, directora Wildlife Conservation Soiety-Chile, vice presidenta Corporación Capital Biodiversidad.