Humedales integran compromisos climático

Esta mañana el Ministerio del Medio Ambiente presentó la actualización de los compromisos nacionales ante el cambio climático, contemplando, por primera vez, el valor de los humedales y, específicamente, los humedales de turbera, el más abundante en Chile y que constituye la reserva más grande de carbono terrestre.

Los compromisos nacionales, denominados contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), que surgen del Acuerdo de París de la COP21, buscan establecer un enfoque de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) o mitigación, y de adaptación al cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos ante sus efectos.

Los primeros NDC de los países o las Partes, fueron de “poca ambición” y pobremente implementados, por eso, uno de los objetivos principales de la COP25 que se celebró en Madrid, España y fue presidido por Chile, era incentivar a las Partes a que comprometan metas más ambiciosas, incorporándolas en la actualización de los NDC que se actualizan cada cinco años.

La propuesta presentada por de Chile previa a la consulta ciudadana era un avance respecto del compromiso vigente desde 2015, principalmente en cuanto a que estos no están condicionados a factores como la economía del país o los fondos posibles o no de adjudicarse.

Sin embargo, algunos compromisos podían ejercer, contrario a su interés, mayor presión sobre los ecosistemas, debido a la no inclusión de variables ecológicas sobre la captura de gases de efecto invernadero, pudiéndose, por ejemplo, reforestar con monocultivos en zonas de matorrales y praderas nativas, causando mayor pérdida y degradación. La nueva propuesta mantiene el compromiso de forestación, pero con ciertos requerimientos.

Contribución en integración: Humedales y Turberas

• Al 2025, contaremos con un inventario nacional de humedales
• Al 2030, se habrán desarrollado indicadores para la evaluación de la capacidad de adaptación y mitigación de las turberas.
• Implementación de acciones para potenciar estos co-beneficios, en 5 áreas protegidas públicas o privadas del país.

Hoja de Ruta para la Conservación de Turberas

Para Amerindia Jaramillo, Jefa del Departamento Ecosistemas Acuáticos del Ministerio del Medio Ambiente las observaciones ciudadanas, en conjunto con los resultados del informe de la sub-mesa de cambio de uso de suelo de la COP 25, fueron insumos fundamentales para elaborar la NDC del país. “Hubiésemos querido ser más ambiciosos, pero esperamos seguir el camino de otros países como UK para contar primero con información biofísica suficiente que nos permita incorporar pronto a las turberas en el inventario de GEI del país”.

Avanzar en este camino es crucial. Por ello, el Ministerio del Medio Ambiente mandató a WCS Chile la realización de una Hoja de Ruta para la Conservación y Gestión Sustentable de Turberas en Chile, la cual sirva como guía para la gestión público-privada de estos ecosistemas vitales. Para conocer y validar la investigación y ejes estratégicos de este estudio, el martes 7 de abril se reunieron virtualmente más de 40 participantes del Senado, la academia, servicios públicos asociados a recursos naturales y fundaciones.

Respecto de esta Hoja de Ruta para la Conservación de Turberas, Jaramillo añade que este esfuerzo permite “dar continuidad al trabajo del Ministerio del Medio Ambiente por medio de una estrategia que trace un camino claro y conocido para la conservación y gestión de turberas en Chile. A partir del desarrollo de este estudio, en conjunto con las observaciones ciudadanas, incorporamos tres compromisos en los NDC de Chile sobre turberas”

“Hoy compartimos una propuesta de camino dentro de un camino que ya venimos caminando, que es la conservación de varios miles de hectáreas de turberas en el Parque Karukinka” comentó la Dra. Bárbara Saavedra, Directora de WCS Chile, agradeciendo la confianza de quienes participaron en el proceso de elaboración de esta Hoja de Ruta que será revisada considerando los comentarios de las y los expertos, e invitando a “aprovechar este espacio de encuentro para reconectar y abrir canales para seguir mejorando el proceso de conservación, que es un camino en el cual hay que permanecer”.